"Los reencuentros de la prepa" -Facundo

Esta muy buena esta nota, leanla!!, ste cabron de FACUNDO es de aka de mexico
me gusta su forma de actuar es un irreverente, controvertido, es grande este cabron!!

¿Cómo? ¿La más buena del salón ahora es la más gorda? ¿La matada se convirtió en un símbolo sexual? ¿Quién gana más? ¿Quién engordó más? Todas estas preguntas quedan respondidas una vez que, gracias a Facebook, recuperas el contacto con tus viejos compañeros de escuela. Facundo filosofa al respecto.

Cuando vas en la prepa hay muchas cosas de las que simplemente no te preocupas, como las cremas antiarrugas, los shampoos para la caída del cabello o, en mi caso, hacer la tarea. Más bien tu mente está preocupada por echar desmadre, ligarte a la más desarrollada de la escuela, echar la cáscara y burlarte de los maestros y los nerds.

Y como si nada, en un suspiro, sales de la prepa y cuando volteas para atrás, pasaron ya 13 años de aquella época y tu realidad es otra. Ahora no hay tareas, hay chamba, las cremas antiarrugas empiezan a parecer buena idea y los shampoos… bueno esos me siguen valiendo madres, porque en mi cabeza el daño del tiempo ya está hecho.

Y es en este contexto de nostalgia y nuevas realidades en el que se empiezan a organizar las famosísimas y socorridas “Reuniones de exalumnos” o “La mejor forma de ver quién ha mejorado y quién se echó a perder”.

Gracias a Facebook, el contacto se renueva. Gente que estaba en tu vida ya solamente en el terreno de los recuerdos se presenta una vez más ante tus ojos: La guapa y Ricardita, la gorda del salón, el zapeado, la matada, el cabezón (Cabezael), Rotulia que olía a zope, la que todos se daban, la que todos se querían dar y alguno que otro que daba lo mismo.

Ahora, años después, todos son “cuates de Facebook” aunque en la prepa muchos ni se hablaban o incluso se cagaban. Pero ésa es la magia de la nostalgia.

Y en honor a ella es que a alguien se le ocurre subir una foto de aquellas épocas, con los peinados raros y las modas vergonzosas. Entonces alguien más lanza la pregunta que desencadena todo: “¿Por qué no nos juntamos?”. Obvio yo propuse una orgía, pero no tuve éxito.

Así que se fija la fecha, el lugar y la hora. Para muchos el reencuentro es el pretexto perfecto para echarte unas chelas con tipos que no has visto en años, otros van para recordar anécdotas de la adolescencia compartida, pero para algunos es como un examen de vida en el que los demás juzgarán qué tan bien te ha ido, qué tanto has engordado y si “la hiciste” o no. Por eso se esmeran en reflejar una imagen de éxito, salud y, ¿por qué no?, sensualidad.

¿En qué trabajas? ¿Dónde vives? ¿Qué proyectos traes? ¿Cómo va el amor? Y todo lo que hable un poco de dónde estás parado, son los temas que no faltan en los reencuentros.

La neta a mí me dan risa esas madres… Yo voy por las anécdotas y las chelas.

Lo que es definitivo es que el tiempo no pasa igual para todos y ahí radica la verdadera magia de estas pedas. Es muy frecuente que “la buena” después de 13 años ya no lo sea: la flacidez conquistó sus caderas perfectas; sus pechos, que en otro tiempo causaron suspiros y sesiones de autosatisfacción patrocinadas por su recuerdo, hoy pierden poco a poco la lucha contra la gravedad después de dos hijos. En resumidas cuentas, “La buena” ya es “La ñora”. Por otro lado, también sucede a menudo que la de lentes, la pasada de moda, la aburrida, la intelectual, se convierta en la sorpresa de la reunión y nos muestre la figura que estuvo escondida durante años bajo el uniforme escolar, generalmente mejorada por ejercicio e incluso por alguna cirugía.

Esto tiene una explicación muy simple. Mientras “la buena” tenía a todos babeando y buscando poseerla, “la nerda Federica” se tuvo que esforzar para lograr el mismo efecto en el sexo opuesto. “La buena” consiguió esposo rápido y se puso a procrear enseguida. “La nerd” tuvo tiempo de pulir sus defectos, engrandecer sus virtudes y decirle no a los caramel macchiatos y a las donas que “La buena” se puso a tragar confiada en que su seductora belleza sería perpetua.

Mientras muchos platican de sus chambas, otros cuentan que ya tienen hijos y enseñan las fotos, algunos hablan de amores frustrados o de momentos compartidos, pero olvidados. Y después de un rato, de la emoción inicial, de los saludos y el “¡Qué milagro!” de cajón, casi todos terminan platicando con los que eran sus cuates. Y otra vez los grupos se dividen… todo toma su orden natural.

Y tras un buen rato de convivencia no pueden faltar las sesiones de fotos, recuerdos del futuro que seguramente irán a parar al Facebook y que servirán para encender la chispa de una reunión futura…

Porque mientras sigamos recordando, seguiremos queriendo empedar y darnos a la “nerd”.

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jaja tiene toda la razon, y que bien se siente reencontrarse con aquellas personas que eran/son tus amigos y poder compartir un buen rato con ellos